Contra la rehabilitación

Me rehuso a aceptar la rehabilitación como un proceso al que se debe someter un cuerpo otro, mi cuerpo. Porque la rehabilitación está al servicio del capacitismo y bajo esa lógica el enfermo/discapacitado/enfermo mental es aquel que no puede ser explotado por el capitalismo para producir igual que los cuerpos “normales”. Por eso se exige su rehabilitación: su reincorporación al sistema de producción económica y simbólica capitalistas.

Esencialmente la rehabilitación viene de un modelo de la discapacidad arcaico que reduce el cuerpo otro a un conjunto de órganos y procesos fisiológicos dañados que deben repararse. Aquí el individuo desaparece, como desaparece la opción de decidir sobre su corporalidad por no tener una licencia avalada por la institución médica. Pero el concepto rehabilitador no se limita a lo físico, sino que lleva consigo un complejo aparato de relaciones, normas y convenciones sociales que dictan y completan la reintegración del cuerpo físico al cuerpo social, dejando muy claro su espacio de acción y la diferencia entre público y privado y cómo debe actuar en cada una de esas esferas.

Las políticas públicas basadas en la lógica de la rehabilitación fomentan la invisibilidad y segregación de los cuerpos otros y con ello limitan su autonomía para construir sus propios relatos y representaciones. En vez de eso, se les enmarca en narrativas construidas por el sistema y modelo dominantes, que sólo perpetúan estereotipos y representaciones que no corresponden a la corporalidad real de los cuerpos otros, favoreciendo la desinformación y resultando en la normalización de enunciados violentos y desacertados. Contra la rehabilitación es un llamado a los cuerpos otros a asumir la ficción de nuestra corpoirrealidad para resignificar la narrativa hegemónica, haciendo notar nuestras experiencias de cuerpo y relaciones sociales como realidades válidas y resistentes.

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I refuse to accept rehabilitation as a process that must be submitted to an Other body, my body. Because rehabilitation serves ableism and under this logic the sick / disabled / mentally ill person is one who can not be exploited by capitalism to produce the same as “normal” bodies. That is why its rehabilitation is demanded: to reincorporate it into the system of economic and symbolic capitalist production.

Essentially rehabilitation comes from an archaic model of disability that reduces the Other body to a set of organs and physiological processes that must be repaired. Here the individual disappears, along with its option to decide on their own embodiment because of not having a license endorsed by the medical institution. But the concept of rehabilitation is not limited to the physical, it also carries with it a complex set of relationships, norms and social conventions that dictate and complete the reintegration of the physical body to the social body, making very clear its space of action and the difference between the public and private, and how to act in each of these spaces.

Public policies based on the logic of rehabilitation encourage the invisibility and segregation of the Other bodies and limit their autonomy to build their own stories and representations. On the contrary, they are framed in narratives built by the dominant system and model, that only perpetuate stereotypes and representations that do not correspond to the real emobodiment of the Other Bodies, favouring misinformation and resulting in the normailization of violent and inaccurate statements. Against rehabilitationis a call for the Other bodies to embrace the fiction of our corpoirreality to resignify the hegemonic narrative by making noticeable our body experiences and social relations as valid and resistant realities.

Ana García, 2017

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